Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Un hombre llamado José, miembro del tribunal supremo, hombre bueno y justo, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual no estaba de acuerdo con las actuaciones del tribunal y que esperaba el reino de Dios, se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Y lo bajó de la cruz.
(Lc 23,50-53)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.