Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Era maltratado, y no se resistía ni abría su boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante sus esquiladores, no abría la boca.
(Is 53,7)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.