Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Ha sido traspasado por nuestros pecados, triturado por nuestras iniquidades; el castigo, precio de nuestra paz, cae sobre él, y a causa de sus llagas hemos sido curados.
(Is 53,5)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.