Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. Que por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: "Este niño está destinado en Israel para que unos caigan y otros se levanten; será signo de contradicción para que sean descubiertos los pensamientos de todos; y a ti una espada te atraversará el corazón".
(Lc 2,34-35)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.